Analista Internacional | Especial para ABP Noticias
No hay que ser chavista
para percatarse de que la oposición venezolana, aglutinada en la Mesa de
Unidad Democrática (MUD), no avanza; precisamente, por las múltiples
contradicciones y ambiciones presidencialistas que proliferan en sus
principales dirigentes y partidos.
Pecaríamos de ingenuos
si creyéramos que Stalin González, nuevo jefe de la bancada opositora en
la Asamblea Nacional (AN), es ajeno a este escenario.
En recientes
declaraciones al canal televisivo Globovisión, el mencionado diputado al
órgano legislativo venezolano por el Partido Un Nuevo Tiempo (UNT),
planteó que es necesario unificar criterios, desde la MUD, para que se
pueda replantear el diálogo con el gobierno, que sea franco y no busque
beneficios partidistas (1).
Entonces, ¿a qué se refiere Stalin con unificar criterios desde la MUD?
¿A qué Julio Borges se
percate de que mantener el discurso agresivo y los mismos procedimientos
del señor Ramos Allup sólo conducen al fracaso?
¿A qué el propio Allup
interiorice que, tras una gestión sin resultados, debería representar
más los intereses del Partido Acción Democrática (AD) y no los suyos; en
esa obsesión maniática de llegar a Miraflores?
¿A que el Partido
Voluntad Popular (partiendo de Leopoldo, desde Ramo Verde, y terminando
con Freddy Guevara, desde su silla de Vicepresidente de la AN) se sume
al diálogo y ceda en su línea dura contra el Gobierno?
¿A qué María Corina
Machado y su pandilla del Movimiento Político Vente Venezuela acaten lo
pactado en la MUD y no se dediquen a ejercer presiones por cuenta libre;
tal como intentaron hace días para impulsar la votación nominal y sacar
al presidente Nicolás Maduro de su cargo?
A propósito de las
andanzas por cuenta libre, típicas en gran parte de la oposición
venezolana: ¿logrará parar la MUD a Lilian Tintori?
Es público y notorio
que, la mediáticamente sufrida esposa de Leopoldo, se la pasa viajando
todos los días y posando para las cámaras, tal como la vimos en la
celebración de la Divina Pastora, donde quiso robarse el show y no dejó
hablar ni a su “amiga” María Corina.
A todo lo anterior, me atrevería a formular muchas interrogantes, y estoy seguro que para estas tampoco tendrían respuestas.
Lo cierto es que,
mientras en la MUD se sigan fraguando campañas presidencialistas
individuales, a costa de dirigentes vilipendiados, resultará difícil
creer que algún día alcanzarán la tan proclamada unificación.
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